El emperador de China

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Microrrelatos

El emperador de China, de Marco Denivi

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EL EMPERADOR DE CHINA
Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado, del difunto emperador. ¿Veis? -dijo - Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser el emperador.
El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.
Marco Denivi

2 comentarios:

  1. Estas son las consecuencias de la avaricia.Los súbditos del emperador le tomaron la palabra, ¿quién dice que no va a sobrevivir un imperio bajo las órdenes de un cadáver?.

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    1. Tienes razón nunca hay que dejar llevarse por la avaricia porque siempre acabas mal ,como el primer ministro de este microrrelato.

      Gabriel.Díez

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