El pequeño pueblo de Tragaycome era más o menos como cualquier otro
pueblo salvo porque el tiempo cambiaba tres veces al día: en el
desayuno, en la comida y en la cena. Allí nunca llovía lluvia, nunca
nevaba nieve y el viento nunca soplaba así, sin más. Llovían cosas como
sopa y zumo de frutas, nevaba puré de patatas y, a veces, el viento
traía grandes tormentas de hamburguesas. La vida en el pueblo era
deliciosa, hasta que empezó a empeorar el tiempo. La comida era cada vez
más grande y las porciones también. Tragaycome sufrió inundaciones y
tormentas de alimentos gigantes. El pueblo quedó hecho un desastre y
todo el mundo temía por sus vidas. Había que hacer algo... y rápido.
Una pequeña observación: En el año 2009, los estudios Dreamworks y los directores Philip Lord y
Chris Miller, adaptaron el cuento de Judi Barrett a la gran pantalla.
“Lluvia de albóndigas” (traducción en nuestro país del original “Cloudy with a chance of meatballs”) resultó una película de animación colorista y divertida; sin embargo, el guión se aleja mucho de la historia original.
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