La novela de Amy Tan, La hija del curanderdo, nos ofrece un magistral relato bilocado en el San Francisco contemporáneo y en la China de la primera mitad del siglo XX. Se trata de la historia de dos generaciones de mujeres unidas por la herencia de la sangre y las cualidades inefables del amor.
La anciana LuLing intenta retener un pasado que se desvanece en su memoria y comienza a escribir todo lo que recuerda de su infancia y juventud en China. Una vida azarosa de leyendas, fantasmas, maldiciones y amores. También revive la historia de su amada nodriza muda y la de la aldea Corazón Inmortal, que albergaba los restos del hombre de Pekín.
Su hija Ruth, una escritora por encargo sumida en problemas de comunicación con el hombre que ama, empieza a sospechar que su madre está muy enferma. Entonces descubre los escritos de LuLing y se abre ante ella un pasado rico y revelador. Las páginas caligrafiadas de la anciana encierran una verdad íntima que nunca fue capaz de contar a su hija, pero que al mismo tiempo desea que ésta no olvide.
Una historia inolvidable, que conjura el pesar de los sueños rotos, el poder de los mitos y la fuerza de ese amor que nos permite recobrar en la memoria aquello que hemos perdido en el dolor.

Su hija Ruth, una escritora por encargo sumida en problemas de comunicación con el hombre que ama, empieza a sospechar que su madre está muy enferma. Entonces descubre los escritos de LuLing y se abre ante ella un pasado rico y revelador. Las páginas caligrafiadas de la anciana encierran una verdad íntima que nunca fue capaz de contar a su hija, pero que al mismo tiempo desea que ésta no olvide.
Una historia inolvidable, que conjura el pesar de los sueños rotos, el poder de los mitos y la fuerza de ese amor que nos permite recobrar en la memoria aquello que hemos perdido en el dolor.
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