
Daniel y
Tere vivieron una apasionada historia de amor cuando eran jóvenes. Tras
la muerte de su mujer a causa de un desgraciado accidente, Daniel
vuelve a recorrer ese camino acompañado por su hijo Silvio, un
adolescente con síndrome de Down. Ambos quieren depositar en la laguna
la urna con las cenizas de la fallecida.
A Merino le gusta arriesgar desde el punto de vista técnico y en esta última novela se ha lanzado a buscar una segunda voz autorreflexiva, lo que exige una mayor concentración en su lectura. Sin embargo, el buen uso del tiempo narrativo y la presentación de personajes y espacios, ayudarán a atrapar a cualquier lector. Precisamente, el jurado del premio ha destacado que "se trata de una obra en la que el autor
adopta una segunda voz autorreflexiva para dar vida a un microcosmos
familiar, que gira en torno a un niño con discapacidad y a las crisis
que su aparición provocan en la vida familiar".
José María Merino, leonés de adopción, es siempre una joya que los mejores lectores no pueden perderse.
Enhorabuena a José María Merino por el premio recibido. Me parece muy bien que desde el colegio se recomiende literatura de calidad para todos.
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