
Ambos personajes son, a su modo, discretos rebeldes que intentan
hacerse cargo de sus propios destinos. Mientras Ismael
desafía todas las convenciones de su clase, Felícito se aferra a unas
pocas máximas para sentar cara al chantaje. No son justicieros, pero
están por encima de las mezquindades de su entorno para vivir según sus
ideales y deseos.
Viejos conocidos del mundo vargasllosiano aparecen en estas páginas:
el sargento Lituma y los inconquistables, don Rigoberto, doña Lucrecia y
Fonchito, todos moviéndose ahora en un Perú muy próspero.
Un libro lleno de humor, con elementos propios del melodrama, donde
Piura y Lima ya no son espacios físicos, sino reinos de la imaginación
poblados por los personajes del gran escritor que es Mario Vargas Llosa.
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