LAS CONSECUENCIAS
“Bueno, amigos, llegados a este punto no sé cómo
expresar mi dolor. Os he causado muchos problemas pero he aquí mis
condolencias. Aquí, desde este escenario, quiero deciros que me he llevado una
grata sorpresa al ver que he recibido este premio por parte de la Academia.
Ahora digo que yo no lo merezco debido a que, a pesar de ser el director de
esta producción, no supe apreciar el trabajo de todo mi equipo, los que siempre
han estado ahí para ayudarme, y espero no arrepentirme al decir que deseo
entregar este trofeo a su verdadero ganador, el subdirector de esta película
Ar…”
-Señora acusada, ¿qué siente al ver esta grabación
de la noche de la entrega de los premios?
-Creo que fue la bala mejor utilizada en toda mi
vida.
-Luego usted se declara culpable.
-Sí, sin duda no podría estar más orgullosa de aquel
balazo en su frente. Yo siempre estuve seleccionándole los guiones, contratando
los actores, realizando los presupuestos, y al final nada. Nuestra amistad
comenzó hace muchos años, corría 1950, ambos vivíamos en París, teníamos toda
la vida por delante, sueños, oportunidades, éramos dos jóvenes soñadores. Yo en
aquel momento tenía 22 años cuando me pidió matrimonio. Estábamos en el Arco
del Triunfo, se arrodilló y allí me entregó un anillo con incrustaciones de
diamantes. Él sólo me dijo: “Lee el mensaje”. En el anillo ponía:” Ensemblenousdécouvrons “. En aquel
momento estaba emocionada. No daba crédito. Nos casamos a los seis meses en la
catedral de Notre Dame. Con el tiempo
rodamos nuestra primera película. Teníamos poquísimo dinero y lo invertimos en
ello. El filme fue un éxito en Francia.
A partir de ahí comenzó a decaer todo. El resto de películas fueron realizadas
íntegramente por mí. Nadie me ayudó. Pero él era el que se lucraba. Lo mejor…
era que estaba asociado con un corrupto llamado Arnaud y creía que era él el
que trabajaba. Al final ya ni nos hablábamos. El momento en el que comencé a
plantearme la opción de asesinarlo fue el día que decidió divorciarse. Ustedes
podrán pensar que aquello era bueno para mí, pero justo al día siguiente de la
entrega yo me hubiera quedado con una pensión de 200 € y sin una vivienda donde
habitar. Ahora mi vida creo que ha quedado llena, la pena es que comprendí al
final que me mintió desde el principio porque “Ensemblenousnedécouvronspas”. Juntos no logramos descubrir. Así
que, señoría, usted ya puede encarcelarme. Aquella frase era demasiado bonita. Ahora
pagaré el precio de mi acción. Pero aquí estoy esperando feliz, ahora sí, como
en el guión que imaginé para mi gran producción. No tengo nada más que
declarar.
Gonzalo Pérez Alonso - 2º ESO D
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